lunes, 29 de junio de 2009

Venturoso porvenir: El futuro de la Internet


El concepto de red extendida y versátil que pudiera comunicar equipos informáticos de diferentes constructores y de diferentes tamaños ciertamente ya tiene unos cuantos años de existencia, y sin duda esta tecnología ha evolucionado considerablemente con el curso del tiempo.

Primero las aplicaciones se orientaron al área militar estadounidense. Y la segunda ola fundamentalmente proporcionó conectividad a las universidades norteamericanas y a algunas otras prestigiosas universidades de países desarrollados. O sea que en esta segunda etapa el grueso de las aplicaciones y de las actividades se orientó al intercambio académico y educativo de nivel terciario.

La tercera ola extendió la cobertura de la red a casi todo el mundo, y ciertamente de hecho también democratizó el acceso, al permitir su uso frecuente tanto a empresas como a individuos. Las principales actividades entonces fueron el correo electrónico, la búsqueda de informaciones, y los sistemas de mensajería instantánea (los sistemas de chateo). La aparición de gran número de cibercafés (de gran número de locutorios cibernéticos) ciertamente mucho impulsó este proceso de democratización del acceso a Internet.

La cuarta ola comenzó con la masiva irrupción de las radioemisoras y de la gran prensa en Internet.

Y la quinta ola es la que está avanzando hoy día, con las numerosas publicaciones en el espacio web ya no reservadas casi en exclusividad a empresas y organismos, sino también ampliada al público en general, o sea a los llamados ciudadanos de a pie, a los ciudadanos comunes y corrientes. Y con toda evidencia esta quinta ola podría llegar a representar un cambio cualitativo especial en nuestra estructura social.

¿Qué nos deparará el futuro?

Haremos un ejercicio de prospectiva social, opinando que la sexta ola representará una aplicación de la telemática mucho más sustantiva y profunda que la actual, gracias a lo cual entonces podremos lograr una verdadera administración digital súper eficiente y muy bien documentada, así como un sistema de intercambios muy expedito y basado en el dinero escritural y telemático.

Y por su parte visualizamos la séptima ola ya con un cambio en la propia arquitectura de Internet, a raíz del cual el número IP de cada nodo de la red ya no será de 32 bitios, sino que probablemente será de 64 bitios o incluso de 128 bitios. Así, con esta nueva arquitectura de base, y por cierto con comunicaciones entre nodos con un enorme ancho de banda, podremos controlar a distancia una serie de cuestiones que hoy día apenas si logramos entrever o intuir.

2 comentarios:

  1. La lengua es la estructura más fina del saber humano. Esperamos un respetuoso y rescate del saber lingüístico cultural

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  2. Una lengua o un idioma enriquece a la humanidad porque aporta conceptos que no siempre tienen un exacto correspondiente en otros idiomas. De hecho, una lengua o un idioma tiene implícita una cosmovisión de la vida y del universo y de la espiritualidad, que por cierto es propia de cada cultura. Pero incluso una lengua o un idioma puede aportar otras cosas. Las estructuras gramaticales no son meros artificios para interligar conceptos y acciones, sino que inducen una manera de pensar y de razonar. Si bien no soy un erudito en estas cuestiones, tengo entendido que la lengua aymara tiene estructuras gramaticales muy regulares y muy especiales, que permiten al aymara hablante razonar con gran comodidad en lógica trivalente y durante el discurso común y corriente. Quienes dominamos únicamente lenguas latinas, para razonar y manejarnos en lógica trivalente debemos apelar al lenguaje materático, pues nuestro lenguaje natural no nos facilita esta tarea. En este aspecto me remito a los trabajos del ingeniero boliviano Iván Guzmán de Rojas.

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